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sábado, 15 de septiembre de 2007

Lluvia en la Gran Muralla, calor en la Ciudad Prohibida

"Señoras y señores, problemas técnicos obligaron ayer a suspender la programación. Reanudaremos la emisión tan pronto sea posible. Ahora, disfruten de unos minutos musicales" (musiquilla y carta de ajuste...)

("-¡Otilioooooooooo! ¡Deja el bocadillo y ponte a arreglar el cable!.
- Vooooy, jefe (Vaya, ahora que me iba a zampar este bocadillito de elefante, con sus colmillitos y todo...")

Ahora sí.... NIHAO

Queridos amigos, anoche surgió un problema con el dichoso ordenador, y ésta es la razón de que la "entrada" de ayer terminara de esa forma, y no que de pronto me quedara dormida sobre el teclado o que me haya vuelto así de estúpida de repente.

Ya sabía yo que en cuanto se fuera Paco, este cacharro haría de las suyas. No es que eche mucho de menos un marido, pero un informático... (Jejeje, es una broma, cielo, no te enfades).

A lo que vamos...

Ayer os estaba contando que, camino de la Gran Muralla, paramos en la fábrica de jade. Bien, pues sigo por ahí...

Terminada la visita, fuimos ya derechitos al monumento más emblemático de China. Como os adelantaba ayer, el tiempo no nos acompañó (curiosa frase ésta; siempre que la oigo me imagino que el sol se queda en casa...) y esto deslució mucho la visita.

De todos modos, la muralla está formada principalmente por escalones, pues la misma discurre por las laderas de las montañas, de manera que ir con niños y en carrito, no es lo más apropiado ni mucho menos. Vamos, que entre la lluvia, el cochecito de la niña y la niebla que rodeaba todas las montañas de los alrededores, se puede decir que "estuve allí, pero como si nada..."

Lo único bueno es que al estar tan malo el día, hubo menos visitantes de los habituales, porque me imagino que esto debe ponerse cada día como una feria.

El tramo que visitamos es, creo, el de Badaling, a unos 60 km. de Beijing. Describiros el paisaje de los alrededores me llevaría todo el día. Preciosísimo, verde, tupido, con una variedad increible de árboles... y todo rodeado de montañas. Desde el tramo más alto de la muralla, y en un día despejado, debe ser una maravilla contemplar el entorno, ver cómo discurre la muralla entre las montañas hasta donde la vista ya no alcanza...

Pero con la niebla que había, tengo que admitir que más que ver todo eso, lo intuí o lo imaginé. Bueno, pero al menos he estado... (ya conozco una de las ocho maravillas del mundo... ahora a por las otras siete, jajaja)

Como una imagen vale más que mil palabras, os pongo éstas y me dejo de más rollos.



Nos hicieron una foto de grupo que te incluyen en un libro de fotografías de la Gran Muralla, y que te venden por el módico precio de 100 yuanes. Es un negocio montado en torno a los turistas, pero todos caemos, porque las fotografías del libro son mucho mejores que las que nosotros pudimos hacer, y de este modo aprovechas para tener un recuerdo de todos los compañeros de viaje, nenas y nenes incluidos.

Los más valientes ("ellos") subieron el primer tramo de escaleras (larguísimo, pero se podía hacer) y el resto ("ellas") se quedaron abajo con los cochecitos y los bebés, dejando a sus maridos que hicieran la "hazaña" del viaje que más tarde contarán en el bar con los amigotes, seguro. Yo, cómo es lógico, me quedé en medio de los dos grupos. Subí un poquitín y luego bajé porque había dejado a Marina al cuidado de Elba, y la pobre, entre Liam y ella no daba abasto.

Terminada la visita nos llevaron a comer a un restaurante que, "casualmente" estaba al fondo de un almacén de cloisonné (son esos esmaltes típicos chinos -aunque la técnica se importó desde Europa- hechos sobre metal, generalmente broce. Consiste en hacer sobre una pieza, vasija, jarrón , etc. pequeñas divisiones también con metal realizando un dibujo, las cuales posteriormente se cubren con el esmalte y se cuecen. La comida estuvo bien, aunque nada comparable con la de hoy (ya os contaré...).

Total, que para ver (o más bien intuir) la Gran Muralla durante una hora, la "excursión" ida y vuelta, duró nueve; desde las 9,30 h. hasta las 18,30 h... ¿Comprendéis por qué decía ayer que no nos iba a sacar ya nadie de la habitación? Una paliza...

Hoy, sin embargo, la excursión ha sido más cortita, porque hemos ido a ver la Ciudad Prohibida.

No está mal... pero tampoco es el "no vá más..." ¡Había gente para poner un puesto!. Yo creo que de los 1.300 millones de chinos, la mitad más o menos estaban hoy allí, más otros varios millones de americanos y una cuarta parte de los españoles, que también nos hemos topado con ellos.

En realidad, se trata de un inmenso, pero inmenso recinto (tiene una extensión total de 720.000 metros cuadrados). Era la residencia de los emperadores, hasta ese "último" al que Bertolucci le dedicó la peli que precisamente está rodada aquí y que se llevó un mogollón de "oscars" (¿pueden ser nueve?). Hay muchas construcciones (casi 8oo en total, donde residían el emperador y supongo que cientos o miles de sirvientes porque caben un buen puñado..), con inmensos patios y escaleras entre ellos, pero no se puede ver ninguno por dentro; de manera que la visita se reduce a pasear por los patios, pasando de unos a otros. Se conoce como "Ciudad Prohíbida" porque a este lugar no se permitió la entrada del pueblo durante los cinco siglos que sirvió de residencia de los emperadores, las emperatrices y las concubinas.

Hemos invertido cerca de dos horas en hacer el recorrido deprisita, sin detenernos y sin verlo entero (¡es que es enooooooorme...!). Ah, y la anécdota de la jornada... Mira que la guía nos dijo al principio, "no separalse, que hay mucha gente y pueden peldelse...", pues nada, que me he "peldido...", pero no estaba sola, sino con otra pareja, "peldida" también. Hemos estado media hora dando vueltas intentando encontrar la banderita malva que lleva nuestra guía, pero yo las veía de todos los colores menos de ese. Si es teníamos que haber hecho como el grupo de señoras chinas que vimos cerca de la puerta (¿asociación de amas de casa en "visita cultulal"...?) que llevaban todas unas gorritas de visera naranjas, que ni os cuento... Pero vamos, tranquilos, que no ha pasado nada. Peor fue cuando me perdí de noche en Viena, sin un alma al que preguntar la dirección, o en la medina de Marrakech, con un montón de moritos mirando raro...

Unas fotitos para ilustrar tanto comentario, que si no, se hace pesadito el tema, ¿verdad?.



Como podéis ver, aquí también están en obras, como en el resto de Pekín...



Éste es el salón del trono, prácticamente el único interior que puede verse, y desde la puerta..., que tampoco te dejan entrar. La tablilla que está encima dice "zhengda guangming" (lealtad y esplendor), que son las virtudes del buen emperador. ¡Qué dominio tengo ya del chino, eh! Nooo, que hay trampa...









Las cubiertas de doble cornisa y tejas amarillas, como éstas, sólo podían utilizarse en los edificios imperiales.














La decoración de las cubiertas, con estatuillas de dragones, leones, jinetes, ave fénix, etc. realzaba la importancia del edificio.













Y para terminar, un primer plano de mi niña, estilo "rapera". Hoy hacía mucho calor, y mamá no se había acordado de llevarle ningún gorrito a la nena, así que "tita Elba" nos ha prestado una visera, que aunque le quedaba un poco grande, nos ha venido de perlas...
















Al mediodía, cuatro familias nos hemos "apuntado" para ir a comer con la guía un plato típico de aquí: pato laqueado. El resto han preferido ir al hotel y comer por su cuenta (supongo que la mayoría habrán terminado en el Mac´Donalds o similar...

Pues ni se imaginan lo que se han perdido. ¡Hummmmm.... buenííiiiisimo! El sitio era muy agradable, y la comida estaba exquisita, empezando por el propio pato laqueado y terminando por el pollo con verduras, pasando por los tallarines, el pato con sésamo y salsa picante de tomate, el cerdo con manzana frita... Vamos, que nos hemos puesto las botas. El pato se come poniendo pequeñas porciones del mismo, una vez untadas en una salsa oscura y dulce, sobre unas finas obleas de harina de arroz; después se añade puerro y pepino cortados en juliana, y finalmente se dobla como si fuera una crepe francesa. Exquisito... de verdad.

El pato lo filetea un camarero delante de ti, con un ritual parecido al del cochinillo en Segovia (pero sin plato que romper al final y sin descuartizar al pobre animal) y allí estábamos todos tomando fotos. Os dejo algunas de esta comida, para que os "proteste" el estómago si es que aún no habéis comido, cenado o lo que toque, que ya no sé qué horas son allí.



He aquí el camarero fileteando al pobre patito laqueado. ¿Habéis visto qué cara? (la del camarero, hombre, que el pato ya no tiene cabeza) Parece como si le diera pena del animalito... ¿o es que será vegetariano como nuestra guía...?























¿No se os hace la boca agua..., tan doradito él, tan jugoso...?





















Y, para finalizar, una vista panorámica de algunos de los platos que nos han servido hoy y que yo, para no perder los buenos hábitos, me he comido usando exclusivamente los palillos. Cuando vuelva, ya no sé si sabré usar el cuchillo y el tenedor, jajaja.








Por cierto, y hablando de comidas... Marina, además del arroz, que ya os dije que le encantaba, come patatas fritas y tallarines. No tengo ni idea de cómo los mastica porque no tiene muelas, pero da gusto verla comer todo esto, ah... y también sandía y melón. Al principio me daba miedo que se pudiera atragantar, pero me voy dando cuenta de que esta niña ha debido comer ya muchas veces alimentos sólidos, porque tiene una soltura...

Así que hoy, después de su potito, se ha comido un plato de tallarines, que yo le he ido dando con los palillos. Esto también hubiera merecido una foto, pero por no incordiar a nadie... (estas son las desventajas de estar sola...)

Otra cosita más, durante la comida, he estado sentada al lado de Carmen, la guía, y bueno, he de decir, que ha subido algunos puntos hoy conmigo. Ha estado muy amable todo el día, ayudándome con la silla de la niña, ofreciéndose a ir al supermercado si yo necesitaba algo para ella... No sé, igual es que ha leído este blog y está intentando quedar bien... ¿qué pensais vosotros?.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajajajaja Pa mi que si!!!
Ha leido el post!!!!!!!
jajjajjjajajajajaja

besitos

Anónimo dijo...

Nihao, otra vez.

Nos encantan tus entradas, la verdad es que nos haces sentir las cosas como si estuviésemos allí. Al menos ese consuelo nos queda.

Gracias por subir fotos de la Gran Muralla. Seguro que yo hubiese sido uno de esos que se atrevieron a subir. Ya me conoces, pero no para contar a los amigotes, sino porque me encantan los retos y más si son de este tipo.

Lo que ha estado muy mal es subir las fotos del pato laqueado, y además con tanta calidad. Es una lástima que no se hayan inventado las fotos comestibles, porque tiene una pinta estupenda. Cuando se las enseñe a Carlos se le van a poner los dientes largos, ya le conoces con las cosas de comer, hubiera disfrutado .....

Respecto a lo de la Ciudad Prohibida, el mismo nombre te lo dice, no se puede "entlal", así que es normal que no puediérais ver las distintas estancias, jeje.

Ah, por cierto, aprovecho para comentarte los nuevos dos elementos del blog que ya habrás visto. El albúm de fotos y el contador de visitas, que tantas ganas tenías. Este último lo inicializado a 150 visitas, pero veo que ya va por 200 en 1 día, así que me imagino que debería estar más alto. Si puedo lo cambio.

Voy a seguir estudiando .....

Muchos besos para mis dos fantásticas.

Anónimo dijo...

Hola hola uno para cada una.Acabamos de ver laq Gran Muralla y de decirte que a la abuela lo que mas le ha gustado es la foto dl gorrito rojo. Ha sido una pena e tiempo pero vemos que en el restaurante de la visita a la Ciudad Prohibida os habeis desquitado,(anota la receta y yo pongo el pato).

Me alegro del cambio de la srta.

Esa moza me parece que ya le podemos comprar el "pata Negra" porque no se va a asustar del tamaño.

Enhorabuena por los comentarios pues aunque eches de menos al informatico siguen saliendo chupi.Nos estan dando bastante envidia todas esas visitas turisticas, pero fundamentalmente ver comer a Marina todas esas delicias que cuentas, suponemos que la integracion debe ser totallo cual nos alegra infinito. Besos hasta la próxima porque si no voy a superar al informatico.

Anónimo dijo...

¿Como estaría Marina "laqueada"?. En esa foto de la gorra está para comérsela. Cuando venga ya verás. La verdad es que está preciosa. Me alegro de que ya se haya acostumbrado a tí y no te mite con recelo. Ayer hablé con Paco y dice que ya ha descansado. Creo que ya estudia y todo; esa chica traerá un pan debajo del brazo...En fin, lo merecéis. Disfruta los últimos días y cuidate. Besos. Fernando