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miércoles, 5 de septiembre de 2007

El papeleo continúa

Menos mal que ya veníamos avisados y sabíamos que aquí teníamos que seguir haciendo gestiones. Desde luego, una adopción supone tiempo (y si no, que se lo digan a mis compañeros "noviembrines" del foro), pero sobre todo, sobre todo, papeles...

Bueno, os cuento un poco el día de hoy.

Me he levantado sobre las cinco de la mañana, porque a pesar del cansancio no podía dormir. De todos modos, que no piense nadie que esto es algo excepcional, según los informes que tenemos de las niñas, su horario empieza habitualmente a las 6,30 horas y hemos tenido oportunidad de comprobar que es cierto, porque a esa hora es cuando Marina se ha despertado.

En general, sobre las 6 de la mañana, que es cuando amanece, la ciudad despierta y empieza a notarse en el tráfico, en las luces a través de las ventanas de estos interminables rascacielos, en el bullir de las calles, en todo.

Marina ha desayunado un biberón con cereales que casi se ha terminado (me entran unas ganas de darle biberones a todas horas al verla tan flaquita..., pero sé que no debo hacerlo) y después hemos ido los cuatro a desayunar al buffé del hotel (por cierto, buenísimo y completísimo, hay de todo lo imaginable, y hasta lo no imaginable, porque quién puede comerse a las 8 de la mañana unos trozos enormes de higado con una salsa de un color imposible, pues los chinos, está claro). Nosotros, como buenos españoles, tostaditas, algo de fruta, café (muy malo, según Paco, que dice que es flojísimo) y un poco de bollería los más golosos (yo hoy me he contenido, pero no sé cuánto tiempo tardaré en caer en la tentación de unos estupendos croisants que he visto).

Ahí, durante el desayuno, es cuando hemos averiguado que Marina sabe andar, porque le ha cogido un dedo a Paco y se lo ha llevado de "turné" por todo el comedor, mirando a la gente más chula que un ocho. También hemos descubierto que le gusta el melón y lo de las madalenas, que os contaba antes y que es la foto que he puesto en la anterior entrada. ¿A ver si va a ser cierto lo que dice su informe, que come sopa de arroz con carne picada, sopa de huevo, que por lo visto es un plato típico, y otro montón de cosas más? No sé, yo por si acaso, iré poco a poco.

Después, nos hemos pasado un par de horas con el guía cumplimentando impresos y firmando papeles. Hemos ido al banco, que está en una de las plantas del propio edificio del hotel, para hacer las transferencias correspondientes del donativo del orfanato, el notario, el registro, y no sé cuántas cosas más. Lo del banco ha sido curioso, porque el cambio de euros que nos han hecho es inferior al que nos hacen en el propio hotel, vamos que nos hubiera salido mejor cambiar primero a yuanes en el hotel y después hacer las transferencias en el banco, pero bueno, no estamos en condiciones de andar mirando esas cosas...

Por la tarde hemos ido a un organismo público (no me ha quedado muy claro si era una notaría o un registro) para entregar un montón de papeles. Allí nos han hecho una foto de familia a los tres, y hemos puesto las huellas, Marina también. Nos han entregado un certificado y un regalito en una bonita caja de madera, todo un detalle por su parte, lo guardaremos de recuerdo para Marina.


Allí estaba otra vez la misma chica que vino ayer a entregarnos a la niña y hemos aprovechado para hacerle algunas preguntas, como el por qué de que Marina en diciembre pesara ocho kilos y en septiembre siete. Su respuesta es que con el calor, las niñas no quieren comer (sin comentario...)

Después, con los guías, hemos estado paseando por una zona peatonal, con una plaza circular y varios centros comerciales, os pongo algunas fotos. Cerca hay también un parque precioso, con setos recortados con formas de animales, zonas de agua con puentes de madera... Nos ha gustado mucho.







Esta noche, para rematar el día, nos hemos ido las dos parejas con los niños a dar una vuelta nosotros solos. ¡Hala, a la aventura...! Hemos llegado tan sólo un par de calle más allá del hotel, entre otras cosas porque como esta ciudad está construida sobre montañas, hay grandes desniveles que se salvan con escaleras y resulta incómodo con las sillitas de las niñas.


A pesar de todo, nos hemos atrevido (muy a pesar de nuestros compañeros de viaje...) a entrar en un restaurante e intentar cenar. No sabemos si se trata de un sitio especial o si es lo habitual, pero a la dificultad propia de comer con palillos, todo un arte que casi dominamos, se une que en este sitio hay que guisarse la propia comida. Me explico: las mesas tienen un hueco en el centro donde hay un fogón a gas, sobre el que se coloca un enorme recipiente metálico que ya te traen preparado de la cocina, con dos apartados, uno con aceite para freir y hasta arriba de guindillas (la cocina de Chongqing se caracteriza porque es muy muy picante) y otro con agua, verduras, carnes y otros condimentos, para cocer. Después te traen un montón de platos con alimentos crudos, que tienes que ir sumergiendo en los líquidos hasta que quedan cocinados. Ni que decir tiene que hemos sido el centro de atención y se han pasado un rato estupendo con nosotros cotilleando en nuestra cara, tanto sobre nuestras ropas, como sobre nuestra forma de coger los palillos y todo lo demás. Aquí os pongo unas fotos para que veáis el invento este, tipo fondue, pero a lo chino.





Bueno, un par de cosillas más para terminar por hoy.

Que se me he había olvidado comentaros que el mono de tabaco durante el viaje lo he pasado sin problemas, pensé que iba a ser más duro.

Y que Carlos, abuelos, está muy bien, disfrutando un montón y sorprendiéndonos como no os podéis imaginar, de lo bien que se está portando y del cariño que demuestra por su hermana, a pesar de que ella le mira como a un bicho raro.

Jo, cómo me enrollo... Hala, hasta otro rato, que aquí ya es la una, y dentro de cuatro horas me tengo que levantar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

joder, sime veo en ese camarote en esas circunstancias me da un pasmo. En estos momentos que son un poco jodidos para mí, leer estas cosas me ha reconfortado un montón.Gracias por compartir la experiencia con nosotros y enhorabuena por el privilegio de haberla vivido. Dice Fernan que es una pepona y que manda besos para Carlitos; y Petra dice que le va comprar todas las golosinas que pida; se siente. Cuidaros mucho. Nandos y Petra.

Anónimo dijo...

Es estupendo veros contar todos vuestros pasos y sentir la emoción con la que lo estáis viviendo.
Por el peso de la niña no os preocupéis pues veréis como recupera rápido el peso normal. Lo de raparla no me parece mala idea, en nuestro viaje lo hicimos muchas familias y luego están monísimas.
Hermana no desesperes porque la niña no te hace caso, al principio es completamente normal, pero poco a poco se irá acostumbrando, de verdad no te preocupes.
Dile al chico que la prima lo echa de menos y que ayer vio las nuevas fotos de Marina y no hace más que preguntar que cuando venís.
Bueno no nos enrrollamos más, seguimos en contacto. Muchos, muchos besos para todos.