Reproductor mp3

viernes, 14 de septiembre de 2007

Beijing monumental

NIHAO

Hoy tengo más tiempo para contaros cositas, porque después de la paliza que nos han dado, nos hemos metido en la habitación del hotel a las siete de la tarde y no van a conseguir que salgamos de aquí en lo que queda de día ni activando la alarma de incendio.

Como se me ha ido el "técnico", no sé si sabré subir las fotos al blog, ya que eso era tarea suya. Vamos a intentarlo...

Antes de nada, deciros que Marina ya está adaptada totalmente a mí (¡A ver, a la fuerza ahorcan...!) y que ni me ha preguntado por su padre, ni nada de nada (jejeje).

Acaba de tomarse un buen tazón de papilla y ahora está dormidita en su cuna. ¡Es más buena...! Y yo aquí, tan ricamente, comiéndome los potitos de fruta que Marina me hace abrir para dejarlos después enteros, porque a la niña le basta una sola cucharada para decidir si se los come o no. Y estos que yo me estoy comiendo, pues la "señora" ha decidido que "no son de su agrado". Bueno, al menos son de plátano con naranja y de melocotón... que el otro día era de semillas de loto y algas... No sé, estos chinos hacen unos potitos más raros para los niños... Hay otro de calabaza con no-sé-qué, y uno con setas e hígado de cerdo. ¿A que suena asqueroso?, pues hay quien se los come y hasta parece que le gustan. ¡Y las galletas...! El otro día compré unas para Marina en la sección de comida infantil (os prometo que fue allí), y que decía la caja que era para cuando les duelen las encías por los dientes. Le di una a la niña, la probó, y me miró con una cara como diciendo: "estás tú apañada si crees que me voy a comer esto...", y la tiró al suelo. Como me extrañó su actitud, porque es muy golosa y le encantan las galletas, probé una. ¡Puaggg, qué asco..., sabía como a arena, nada dulce, y encima está más dura que un ladrillo. Tuve que volver a mirar la caja para cerciorarme de que no eran comida para perro...

Os comentaba en la anterior entrada, que habíamos ido a ver el Templo de los Lamas (esto es lo único que Paco y Carlos han podido ver de Pekín, una verdadera lástima...).





Se trata de un monasterio dedicado al culto del budismo tibetano. Está formado por un conjunto de edificios o pabellones comunicados por unos patios. Estas edificaciones son de madera policromada y datan de finales del siglo XVII. El monasterio fue declarado monumento nacional en 1949.

Lo que más nos impresionó de este lugar fue una estatua de Buda que se encuentra en el interior del Pabellón de las Mil Felicidades. No puedo mostraros fotos porque sólo podían fotografiarse los patios, en el interior está prohibido. Pero para que os hagáis una idea, os diré que esta estatua está tallada en un único tronco de sándalo y que mide 26 metros de alto y 8 de diámetro. Es por tanto una sola pieza... (caray con el "arbolito"...). Se cuenta que este tronco se lo regaló el emperador al séptimo Dalai Lama por haberle ayudado a sofocar una rebelión en el Tibet (se vé que entonces las relaciones eran mejores que las actuales, jejeje).

Esto que se ve en la siguiente foto, es una especie de pira donde se quema el incienso o el sándalo que se lleva como ofrenda.



En esta otra, aparece Carlos con su amiguita Andrea, que ahora le echa mucho de menos, porque se ha quedado sin compañero con el que jugar...



Avancemos en el tiempo, que este blog va con retraso y yo quería ponerme ya al día.

Ayer, primer día sin mis chicos, fuimos por la mañana a la Sección Consular de la Embajada Española para presentar más papeles (jo, parece que no se acaban nunca los trámites...). El día anterior, habíamos estado con nuestra guía, Carmen (muy china, por muy español que parezca el nombre...) cumplimentando formularios y revisando documentación. ¿Podéis creeros que para esto, en lugar de buscar un sitio en cualquiera de las decenas de salones que tiene este hotel de cinco estrellas, nos hizo, a 13 personas, sentarnos en la moqueta del pasillo? Yo estaba que echaba chispas. ¿Cómo puede tenerse tan poca consideración y tan poca cabeza? Pues nada, que a pesar de que se lo dijimos, se hizo la tonta y allí nos tuvo una hora, tirados por el suelo, bolígrafo en mano, escribiendo como buenamente pudimos. Desde luego, hay cosas que no podré entender nunca...

Y es que, al contrario que nos ocurrió en Chongqing, esta guía ya me tiene un poquito harta. Todo lo que dice lo repite dos veces, hablando aburre hasta a las ovejas... Cuando la veo venir, siempre pienso: "ahí vienen Carmen y su eco, eco..." Es pesadita, pesadita... y ni la cuarta parte de considerada que el buenazo de Nicolás. Por poneros un ejemplo, Liam, la otra "chongqinguera", ha estado malita y como tenía mucha fiebre (más de 39º) pidieron a Carmen que les acompañara al hospital. Ésta les envió a una colaboradora suya a la que debe tener para estos menesteres (lo cual no me parece mal), pero luego no se ha molestado ni en preguntar a los padres qué tal seguía la niña. Vamos, que no, que a mí "Carmencita" no me llena el ojo, y ya está.

De esto de los trámites no os pongo fotos, primero porque no tendrían nada de interesante y, segundo, porque en la Embajada está prohibido hacer fotografías. ¡Como si tuvieran allí guardados todos los secretos del Estado Español...! Por ejemplo, dónde escondió Roldán el dinero o quién le proporcionó al Dioni la famosa peluca... en fin...

Por la tarde, me fui con mis amigos burgaleses a dar una vuelta y terminamos (¡cómo no...!) en la Plaza de Tian´anmen, que ya comenté que queda muy cerquita del hotel. En dos palabras: im-presionante...






Bueno, un par de fotos, para dejar testimonio de mi presencia aquí, aunque de noche no quedan tan bien.























¿No se os parece a Mao? ¡Si tienen el mismo pelo...!










Y ya os resumo, rapidito el día de hoy, que ya me va entrando el "sorongo" y no puedo más...

Hoy tocaba visita a la Gran Muralla. ¡Cómo no ir! Y eso que ha hecho un día de perros... La verdad es que no me extraña que los extranjeros se queden "embobaos" con el sol cuando vienen a nuestro país. Llevo once días en éste y no he visto el sol ni una sóla vez. No hace frío, pero casi todos los días ha llovido y, aunque no llueva, está siempre como nublado. Será la contaminación o lo que sea, pero es tristísimo.

Antes de llegar a la Gran Muralla, hemos hecho una visita a una de las fábricas de Jade más importantes del país (o eso es lo que ha dicho -dos veces, para variar- la guía). Estas visitas, como la de la seda, son curiosas, pero la finalidad principal es "invitarte" a comprar, vamos, sacarte la pasta, como se suele decir.

El caso es que también me ha gustado ver las maravillas que hacen con el jade. Os pongo unas imágenes de muestra.


Desde luego, hay que reconocerles el mérito.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de leer tu última página del blog porque Paco se la ha leido a sus padres y a tu madre pero yo estaba peleando con carlos.Me imagino que la guia tendra una superiora a la que dar la queja.Cuanto me alegro de la noticia de lo bien que se esta adptando Marinaaunquelo de tu abuela "a la fuerza...".No creo que sea muy apropiado el comentario de la foto de la plaza a donde vamos allegar !que comparación.Cyando as vuelto a pedir consejo del cursor estabamos viendo la bateria de fotos y no te hemos podido atender.Ponle al mal tiempo buena cara y piensa que quien hizo la muralla lo pasó peor. No dejes de contarnos cositas y empieza ya a decontar dias veras como cuando queden menos te va adar pena. Un besazo a cada una

Anónimo dijo...

Nihao a las dos:

Pues ya ves, aquí estoy a las 7 de la mañana escribiéndote un comentario para que veas que estamos muy pendientes de todo lo que os acontece. Sigo con el horario cambiado y Carlos y yo estábamos en la cama a las 11 y media de la noche (a pesar del Gran Prix, que ya sabes cómo le gusta).

Así claro, me levanto supertemprano, pero casi mejor, porque ya me he puesto a repasar.

Es una lástima que no salgan los días buenos, porque no se disfruta igual con el incordio de la lluvia. Por cierto, me esparaba alguna cosita más de la gran muralla, alguna foto, algún comentario de los escalones que tiene, si son muy altos, son muchos, ....

Disfruta mucho de lo que te queda por los que estamos aquí y muchos besos para mis chicas fantásticas.

Descontando días para vuestro regreso .....