NIHAO.
Hoy estoy vaga... no tengo ganas de escribir, o al menos, no de contaros con detalle la visita turística del día. Así que voy a contar lo que me dé la gana (¿y no es eso lo que hago todos los días...?). Bueno, pues lo que me dé más la gana, ya está... Sobre todo, y puesto que me consta que hay gente que sigue este blog porque pronto vendrán a buscar a su tesoro, haré comentarios prácticos de cara a ellos.
Por ejemplo, os diré que Beijing o Pekín, o como queráis decirle, es "la ciudad interminable". Al que acierte la superficie le doy un premio (¿qué tal una muñeca chinita?, tengo muchas donde escoger...). Bueno, pues dejaros de cálculos que yo os lo digo. Beijing tiene una extensión de 16.804 kilómetros cuadrados, lo que equivale -para quienes no se hagan una idea, como me pasa a mí- casi a la superficie de Bélgica completa. ¿Se anima alguien a darle una "vueltecita"? Uff, qué cansancio me entra sólo con pensarlo.
El Capital Hotel se encuentra en la vía principal. Una recta inmensa de casi 40 kilómetros (como Pintores, más o menos, jejeje). Este hotel, ya os lo dije, me tiene alucinada. Tiene salones para aburrirse, y una decoración en los espacios comunes, preciosa (la de las habitaciones es más corrientita, más como cualquier buen hotel). Tengo que hacer fotos de algunos rincones y ponerlas aquí, porque merece la pena. Tiene una piscina cubierta, así que traeros los bañadores si queréis daros un chapuzón. En la habitación (también fue así en la de hotel de la provincia) tenemos un termo eléctrico que nos sirve para calentar al "baño María" tanto biberones como potitos, olvidaos por tanto de meter calienta-biberones en las maletas. Cada mañana te dejan tres botellas pequeñas de agua mineral, con lo cual, tienes asegurado el suministro para los "bibis" sin necesidad de comprar agua en ningún sitio. De todos modos, no cargueis con demasiado de nada. En los super de los centros comerciales hay de todo: leche en polvo, cereales, potitos, pañales, toallitas, etc, etc. En la provincia tuve más problemas con los potitos; los había pero encontré poca variedad, pero aquí hay un montón de ellos (algunos un poco raros, como ya comenté otro día, pero los niños se los comen muy bien).
El tiempo en esta época del año es un poco cambiante. Nos ha llovido y nos ha hecho calor. Os aconsejo traer un inmpermeable pero también ropa de verano de algodón (es mejor para la humedad, que aquí es bastante alta) y también alguna chaquetita o mantita para los niños, porque en los interiores (centros comerciales, hoteles, restaurantes, etc) el aire acondicionado está fuerte. Son unos cambios de temperatura tan bruscos que me extraña que no haya más niños que enfermen.
Ah, muy importante. Traeros una buena reserva de embutidos envasados al vacío, sobre todo si la comida china no os gusta. Y aunque os guste, nos dan tales palizas con las excursiones y madrugamos tanto que, sobre todo por las noches, no quedan fuerzas para buscar dónde cenar, así que las provisiones de casa vienen muy bien. Aquí no es fácil encontrar pan normal, pero de molde sí, y para hacer unos sandwiches vale. Encontrar aquí fiambres o queso no es fácil, al menos parecidos a los que habitualmente consumimos en casa (a mí ya se me ha acabado el jamoncito y el lomo, así que probé a comprar un fiambre que viene en un bloque similares a los nuestros, y cuando lo he probado, no se parecía a nada conocido... ¿será mortadela de perro...?) Siempre queda la opción de cenar y/o comer en el propio hotel, pero esto para todos los días sale caro.
Las sillitas para los niños también se compran aquí o en la provincia sin problema y son baratas. Nosotros en Chongqing no tuvimos que comprarla porque nos las dejó el hotel, pero aquí en Beijing no han tenido el detalle, así que el primer día nos fuimos al centro comercial más cercano y nos hicimos con una (nos salió por unos 37 €, al cambio, pero hay quien ha comprado modelos más sencillos por 12 €). Lo importante de la silla es que se pliegue con facilidad porque nos pasamos el día entrándolas y sacándolas del maletero del autobús.
También hay mucha ropa para los niños, así que no os preocupéis si no acertáis con la talla del vuestro, como me ha pasado a mí. El calzado es un poquito más difícil, porque son unos zapatos un poco raros, pero también puedes apañarte en este aspecto, si se necesita.
Para llamar por teléfono, mejor olvidarse del móvil, sale bastante caro, sobre todo si es de tarjeta y no de contrato. Para esto es mejor comprar a los guías las tarjetas de teléfono. Con una de 100 yuanes (unos 10 €) puedes hablar algo más de 20 minutos con España. Se pueden usar desde la propia habitaciónj del hotel, lo que resulta muy cómodo, aunque ojo, el de Chongqing no nos cobró nada, pero sé que este de Pekín nos cobra el precio de una llamada local.
En cuanto a comunicarse por internet, tampoco hay problemas. Hay cibercafés y en el hotel seguramente también haya un espacio. Nosotros optamos por traernos el portátil para seguir este blog, y lo conectamos directamente desde nuestra habitación. Es cómodo... y en Chongqing fue barato, pues no nos cobró nada el hotel por este servicio. Sin embargo, éste de Pekín nos cobra 10 € diarios (me parece un poco caro, pero...).
El tema de los enchufes... Ya sabéis que aquí no son como en España, son de clavija plana y dos o tres agujeros, depende. De todos modos, la mayoría vienen preparados para enchufar también nuestras clavijas. En el peor de los casos, podéis comprar un adaptador y meterlo en la maleta, que eso es barato y no ocupa espacio.
El idioma... Dominar el inglés ayuda en Beijing, donde todo el personal del hotel, y en muchos restaurantes y centros comerciales, así como vendedores de la calle, saben los suficiente como para entenderte con ellos. En la provincia puede ser otra cosa; de hecho, en Chongqing, sólo algunos de los empleados del hotel hablaban algo de inglés; depués, en establecimientos de la calle, practicamente nadie lo habla, ni esto ni ningún otro que no sea el chino mandarín.
El informático desde Cáceres añade un par de consejos más:El tema de los billetes que sean nuevos, sí que se lo toman en serio, ya que recuerdo que el paciente funcionario que estaban en el banco se tiró cerca de 10 minutos pasando un par de billetes de 100 € (nosotros solo tuvimos que llevar €, porque Chongqing es la única provincia en la que se paga solo en yuanes) que no querían pasar por la maquinita que validaba el billete. Lo sacaba, lo estiraba, lo doblaba un poquito por algún lado, hasta que por fin pasaron. Creo que se nos escapó algún ¡Hurra! cuando lo consiguió, y nos echamos todos a reir. Respecto a lo de las bolsas para llevar el dinero colgado del cuello, al final resulta demasiado empachoso y da calor. Así que llevamos el dinero metido en las bolsas pero dentro de nuestro equipaje de mano (con mucho cuidado claro). Lo que sí es práctico es llevar una carpeta pequeña para los pasaportes y billetes de avión, que tantas veces hay que sacar en los diversos controles de los aeropuertos. Por cierto, si alguno lleva portátil como equipaje de mano, te lo hacen sacar en todos los controles policiales.Por otro lado, las maletas que sean duras, y muy aconsejable plastificarlas en el aeropuerto para salvaguardarlas lo máximo posible. Nosotros vimos muchas maletas abiertas en el viaje interior de China cuando esperabamos a recoger las nuestras. Aún así, no sé como las tratan, que la maleta grande nuestra tenía una rueda totalmente hundida hacia dentro.Me comenta mi hijo Carlos (8 años) que es totalmente imprescindible una videoconsola para el largo viaje y las pesadas esperas. Eso sí, que no se abuse de ellas, que son máquinas antisociales totalmente. Todo como siempre en su justa medida.Uff, qué poquitas ganas tengo de seguir..., mejor pongo fotos...

De izquierda a derecha: Marina, Yumen, Laura -sujetándola su mamá
Silvia-, Andrea y Carla.

Liam, la otra "chongqinguera" del grupo. Tiene una orejita mala por un eccema, pero ya se está curando.

Ésta es Aida, la hermanita de Andrea, la amiga que Carlos dejó en Beijing.

Marina, con "tita" Elba, la mamá de Liam. Es la única, a parte de mí, con la que Marina se ríe.

La otra extremeña del grupo... que también se llama Marina, con su papá, Juan.

Y otro plano de Marina, que como es la mía, sale más que ninguna...
Y para terminar por hoy, unas fotos tomadas en el Palacio de Verano que hemos visitado esta mañana. Es un terreno de 290 hectáreas (como véis, aquí todo es a lo grande), de las cuales su mayor parte son lagos, destacando el Lago Kunming que es enorme. Supone una buena muestra del buen hacer de los chinos en cuanto al cuidado y ornamentación de jardines.


Otra foto de los edificios existentes en el parque.

Una barca de piedra construida en la orilla del lago. Era el lugar preferido por la emperatriz Ci Xi para tomar el té.


Esta otra barca sí navega y sobre ella nos han llevado a dar un paseito por el Lago Kunming.
Y por último, y con esto me despido por hoy, que ya no veo ni las teclas..., una preciosa foto de mi niña y el puente que cruza el lago, de fondo.